Es por esto que es importante poder reflexionar acerca del consumo de pornografía y el uso que le damos a lo que vemos.
En primer lugar es muy importante comprender que lo que vemos es tan FICCIÓN como Star Wars. El sexo tiene poco y nada de lo que nos muestra el porno, y tiene tantas otras cosas que no se muestran que hacen que el porno sea simplemente una película de ficción. La industria pornografica lamentablemente nos vende una idea de cómo tiene que ser el sexo y los cuerpos que se encuentran, y deja de lado infinitas cosas.
Queramos o no, hoy el porno es básicamente la educación sexual que tenemos. Esto no puede seguir así, debemos responsabilizarnos y apuntar a que todos tengamos acceso a una adecuada educación sexual, donde se pueda aprender de lo que realmente es el sexo.
Pero si creo que el porno tiene su punto a favor, mientras entendemos que lo que vemos no es real y lo vemos con perspectiva, nos abre las puertas al maravilloso mundo de la fantasía. Sin fantasías nuestros deseos se ven disminuidos, y en este sentido nuestra creatividad en la cama también. El porno nos permite imaginarnos cosas, fantasear con lo “prohibido”, ampliar el espectro de las cosas que deseamos, y también nos relaja y nos invita a probar cosas nuevas. Esto último a mi parecer es muy favorable a la hora de estar en pareja, cuando queremos hacer algo distinto o por ejemplo comenzar las relaciones sexuales de una manera novedosa, ver juntos porno es un tremendo panorama, no tengan vergüenza, atrévanse a probar cosas juntos, pueden sacar nuevas ideas y establecer una atmósfera erótica perfecta.